miércoles, 9 de enero de 2008

Robots vs cucarachas


Un grupo de pequeños robots, especialmente diseñados para interactuar con colonias de insectos, logró introducirse con éxito dentro de colonias de cucarachas. Los científicos suizos y franceses a cargo del experimento pudieron comprobar cómo los robots influyeron en los hábitos normales de estos insectos.

Se sabe que las cucarachas pertenecen al grupo de insectos que si bien viven en grupos, carecen de líderes naturales. No hay una cucaracha que sea capaz de manejar de alguna manera a la colonia. Por ejemplo, cuando llega el momento de descansar, eligen un lugar común, que se determina por consenso general, sin necesidad de que un “líder” las guie a su lugar de reposo. Este es un mecanismo bien conocido. Las cucarachas prefieren lugares oscuros para descansar, y si los investigadores les proporcionan dos albergues similares, todo el grupo se reúne en el mismo.

Los robots no se asemejan físicamente a los insectos. Esto provocó algunos problemas, ya que al principio del experimento las cucarachas huían al presentarse los robots. Cuando los científicos cubrieron los robots con feromonas que les proporcionaron “olor a cucarachas”, fueron aceptados por el grupo.

Los investigadores colocaron a los pequeños robots en un pequeño "estadio" de un metro de diámetro, donde las cucarachas podían desplazarse libremente.

En el estadio había refugios cuyos techos eran discos de plástico cubiertos con filtros rojos.

Al colocar filtros adicionales los investigadores podían hacer un refugio más oscuro que otro.
Si pueden elegir, las cucarachas prefieren refugiarse en lugares oscuros. Los robots fueron programados para hacer lo mismo. Ante un albergue oscuro y uno más iluminado, 75% de las cucarachas y 81% de los robots se reunieron en el oscuro. Para saber si los robots podían influir en el comportamiento de la camada de cucarachas, los programaron para que elijan los lugares más iluminados. El resultado fue sorprendente: el albergue más iluminado fue preferido por el grupo mixto en 61% de los casos, y el grupo de cucarachas solas lo escogió apenas en 27% de las ocasiones.

Los expertos creen que el experimento podría tener todo tipo de aplicaciones, además del obvio control de plagas engañando a los insectos y llevándolos hacia trampas.

"Por el momento estamos tratando de entender cómo funciona esta interrelación entre robots e insectos, o robots y otras clases de animales", afirma José Halloy, investigador de la Universidad Libre de Bruselas, Bélgica, y creador de los insectos robóticos.

Según los investigadores, esta idea funcionaría con cualquier animal que vive en grupo y utiliza la autoorganización para tomar decisiones.

"Creemos que podremos construir máquinas o robots que puedan comunicarse con los animales y tomar decisiones que influyan en su conducta", señala José Halloy.

"Por ejemplo, ahora estamos estudiando la posibilidad de hacerlo con pollos y crear un "robopollo" capaz de interactuar con los animales y controlar el comportamiento del grupo".


Algunos investigadores en Tokio adquirieron notoriedad hace unos años al mostrar que se podían gobernar los movimientos de una cucaracha con implantes. Su idea era que, logrando esto, se podían usar "robocucarachas" en reconocimientos secretos o para buscar restos en catástrofes. Luego de eso, un ingeniero desarrolló la faceta opuesta de esa conexión: un vehículo robótico que es controlado por una cucaracha.

Hajime Or construyó lo que él llama un "robot biomecatrónico" cuando trabajaba en su título de especialización en la Universidad de Tokyo. Después de inmovilizar una cucaracha americana (Periplaneta americana), le insertó finos alambres de plata en los músculos extensores de las patas traseras. Luego se le permitió a la cucaracha tener la sensación de "correr" sobre una semiesfera lisa, que parece un trackball. Los alambres recogen las débiles señales eléctricas generadas por los músculos y estas señales son amplificadas y alimentadas a los motores de las ruedas. De esta forma, la máquina sigue la dirección y velocidad de la carrera de la cucaracha.


¿Para qué sirve un robot que intenta deslizarse dentro de una ranura cuando la luz de la cocina se enciende en medio de la noche?

En realidad, Or diseñó este robot para ver si un sistema nervioso biológico podía servir como mecanismo de control. El problema de los especialistas en robótica —en particular en aquellos robots cuyas creaciones imitan artrópodos— es integrar y combinar toda la información necesaria para que las patas trabajen en forma coordinada. "El tema fundamental es conseguir que un robot muestre la agilidad y la velocidad que tiene un insecto", dice Fred Delcomyn, un biólogo de la Universidad de Illinois que trabaja en robots de seis patas.

Video de unos científicos judeando a una cucaracha



Otro video, más asqueroso porque se ve de cerca



Sitio oficial de estos muchachos

2 comentarios:

Marbot dijo...

Buenísimo el informe, José, estás para mandar el cv a la Muy Interesante :P
El cucarachón de las pruebas no es la cucaracha corriente que podemos encontrar en nuestras casas, sino una especie vegetariana que vive en la selva (ahí vos pusiste el nombre científico), que es muy apreciada en Hollywood debido a su mansedumbre. Esos mismos bichos fueron utilizados para la escena final de Men in Black, por ejemplo. No sé si se podrá experimentar el sistema de trackball con las cucarachas comunes porque a comparación son más frágiles (supongo que si se te va la mano con el arnés la aplastás y chau bicho). Che, de nuevo, me encantó el informe. ¿Dónde te doy puntos? Un abrazo hermano ;)

Anónimo dijo...

Ay Marbot, usté me ofende!

Gracias hermano, y ahora que lo estás reemplazando a Barreto tu comentario pesa más en la sociedad. Sabés la cantidad de viejas que van a visitar mi blog ahora!

Un abrazo