Con Mario cargando sillas, quemadores, tablones, freezers, bebida, kilos de asado y pan, y demás cosas de una cantina en el hipódromo de Concepción del Uruguay tras una carrera. La foto del espejo, autorretrato de Mario parecido a Nippur, pertenece a un viaje a Concordia.
sábado, 27 de marzo de 2010
Butaca del acompañante real: Mario Bottarlini
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Gracias por el homenaje! Un gusto haber ocupado la butaca de acompañante real, espero poder repetirlo alguna vez. Ah, la autofoto tiene mérito, me costó un Perú sacarla!
esa foto está bárbara! tiene una cara rara, como de satisfacción con la vida, como si acabaa de entender algo importante y se siente pleno, como fresco.
Es muy lindo lo que escribiste Sabina, pero ese rictus extraño simplemente debe ser mi sonrisa reflejada -es decir- al revés.
Jajajaja! pavotes!
Me gusta tu acompañante virtual che...
A ver cuándo puedo subirme yo un sábado por la mañana :)
Vuelvo a leerte, lo JURO (?)
Publicar un comentario